Kariam Bou ama a Dios y el béisbol

Es una maravillosa joven mujer nacida en la isla del encanto, Puerto Rico, el 8 de mayo de 1999, con un talento extraordinario para jugar béisbol.  Comenzó como jugadora en categorías infantiles a los cuatro años de edad en Puerto Rico. Tuvo una carrera muy especial, ganó premios de JMV (Jugador Más Valioso) y un par de Guantes de Oro como primera base. Su ofensiva siempre fue una fortaleza, incluso, fue nombrada la mejor bateadora en su liga en varias ocasiones. Pero tenía otra virtud: también podía desconcertar a las bateadoras como lanzadora.

“Tenía 12 años y era una lanzadora”, expresó Karim Bou. “Lancé contra República Dominicana tres entradas y solo pudieron pegarme por un hit. Fue un buen juego”. Además de tener una belleza física, su belleza espiritual, y su pasión por Dios la hacen más hermosa. Karim tiene un hermano mayor y es la consentida de Manolo Bou, su padre. Su familia está conformada por Manolo Bou quien también se ha convertido en su fanático número uno y su manager; su madre, Magdieli Colón; y su hermano mayor, Manuel E. Bou.

Antes de cada juego para tener un instante con Dios.“Quiero que brilles a través de mí, para poder dar lo mejor”, le pide.

Su familia tiene muchas razones para sentirse orgullosa de ella, pues se destaca a un excelente nivel dentro del campo de juego. Tiene un swing potente y único que sorprende a sus coachs en los equipos donde ha participado en Puerto Rico, Florida y Pensilvania. Cuando Karim llegó al North Penn High School en la primavera de 2016 se unió a The Maidens, equipo de béisbol de la escuela secundaria. El asistente del coach, Frank Yanni, quedó tan sorprendido que su expresión fue: “Entrenador, no tenemos a una chiquilla en nuestro equipo, tiene un swing que ninguno de nuestros chicos podría hacer”.

Y de esa manera Karim logró posicionarse en el grupo. Tanto que los entrenadores pensaron que con ella en el equipo realmente tenían algo importante para lograr, recordó el manager Rick Torresani. Karim tiene mucha confianza en sí misma y en su capacidad, pero también sabe que siempre hay algo que puede mejorar. Hubo momentos en su paso por North Penn en los que mostró su valioso potencial.

En un entrenamiento de bateo hubo un pitcheo en el medio y ella lo dejó pasar, contó su entrenador. “Ese lanzamiento fue enviado a Puerto Rico”, le dijo en tono de broma. Un segundo lanzamiento exactamente igual al primero, lo colocó a 20 pies sobre la cerca y, mientras se redondeaba expresó: “Entrenador, está en Puerto Rico”. Esa es la clase de niña que es, otra jugadora podría haber asumido mal lo que su entrenador dijo, pero “ella lo tomó como una broma y nos reíamos”. Toresani, su entrenador en North Penn, dijo sobre Karim que su actitud en los juegos es admirable pues así cometa un error no se desanima y dice: “estaré bien entrenador”. Tiene carácter de ganadora.

Karim ora antes de empezar cada juego, se arrodilla en la base y se toma unos minutos para tener un instante con Dios. Y ella le dice a Dios, “quiero que brilles a través de mí, para poder dar lo mejor”. “A veces algunos árbitros me preguntaban si ella estaba bien, yo les decía que estaba orando”, contó Toresani.

A Karim le gusta divertirse cuando está en el campo, pero muy consciente de que es responsable de lo que hace y le gusta hacerlo bien. Ella sabe que tener una relación con Dios, estable y permanente, ha sido parte fundamental en el desarrollo de su carrera como beisbolista, pero también en su vida, pues es una joven llena de sueños y expectativas como es normal a su edad.

Karim cada vez que puede comparte de su relación con Dios y expresa que ama a Jesús. Haberle entregado su corazón ha sido una muy importante decisión en su vida. Esto la hace muy feliz, le brinda seguridad y fortalece su fe.

Ella me comparte que si dentro del propósito que Dios tiene en su vida, le ha llevado a otros países con el deporte, ella puede llevar también el mensaje de Jesús a otros países. Karim utiliza como estrategia escribir mensajes cristianos debajo de la visera de su gorra. Durante un juego colocó la frase God Save (Dios Salva). Aunque es prohibido mostrar expresiones de su fe, para ella, es muy importante hacerlo, pues compartir su pasión por Jesús forma parte de su vida cotidiana.

La jugadora puertorriqueña es una inspiración para los jóvenes tanto en el campo de juego como en su relación con Jesús.

“La presencia de Dios se deja sentir y ser cristiana me hace única. Las bendiciones de Dios me hacen feliz”, expresa Karim. Además de todas sus ocupaciones, la jugadora toma tiempo para hacer obra social con su familia, vinculándose con actividades de ayuda a la comunidad. En el equipo de North Penn, la canción God’s not dead (Dios no está muerto) se convirtió en un himno que hasta los padres de sus compañeras ya la cantaban. Estando en la iglesia Centro de Adoración Familiar en Lansdale, PA, Karim tomó la decisión de bautizarse y dos jugadoras de su equipo le dijeron que querían acompañarla. Para Karim fue algo extraordinario y dijo: “¡Qué grande es Dios, quiero seguir hacienda esto!”.

Actualmente Karim está radicada en Florida y está lista para comenzar la universidad en 2019. Estudiará Administración de Negocios. Se congrega en la iglesia Faith Assembly en Orlando, que tiene un servicio especial para jóvenes y universitarios, y que tiene prédicas relevantes para la vida de los jóvenes, llamado The Voice (La Voz).

Esperamos saber más de Karim, y su trayectoria como beisbolista, y conocer más de las hermosas experiencias que vive al honrar a Jesús en todo lo que hace. Gracias Karim por concedernos esta entrevista y sabemos que no será la última.

By: Edna Benavides