Perdonar; entonces adorar

Muchas de las cosas que el mundo muestra y enseña, puedo decir que es de cada quien decidir qué es verdad y qué no lo es; pero cuando nuestra vida se desarrolla en la única verdad real que para mí es Jesús, podemos ver y vivir resultados maravillosos; aunque atravesamos desiertos o pruebas, tenemos la certeza que en Él, en Jesús, somos más que vencedores, logramos desarrollar la habilidad para perdonar.

Perdonar no es algo que hagas para satisfacer a los demás o quedar bien con alguien; perdonar es algo necesario, que haces para ti mismo. Solamente cuando lo experimentes podrás entenderlo, y de esa manera podrás verdaderamente adorar y dar gloria a Dios. No limites tu amor a la comodidad de tu propio entorno.

Salmos 40:1-3 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

Y se inclinó a mí y oyó mi clamor,

2 y me hizo sacar del pozo de la desesperación,

del lodo cenagoso;

puso mis pies sobre peña

y enderezó mis pasos.

3 Puso luego en mi boca cántico nuevo,

alabanza a nuestro Dios.

Verán esto muchos y temerán,

y confiarán en Jehová.

Dios ha impactado mi vida de una manera hermosa, el proceso ha sido muy intenso, a veces con dolor y a la vez maravilloso. Ha habido muchas lágrimas, especialmente en los procesos de perdón, pero Dios en su inmenso amor me ha mostrado su misericordia y ha transformado el llanto en gozo; un gozo que anhelo expresar cada vez más intensamente.

Desde que aprendí a perdonar y sanar mi corazón, la adoración a Dios se ha convertido para mí en la esencia necesaria para vivir. Adorar a Jesús me hace fuerte, adorarle me ha transformado, tanto que mi corazón late fuerte de emoción y eso me confirma que tengo la marca de Jesús en mi corazón. Adorar a Jesús es el instrumento más maravilloso que Dios ha puesto en mi vida, cada vez que me conecto o escucho las canciones que Dios ha inspirado en muchos adoradores mi Espíritu se fortalece, me siento más segura de lo que soy en Cristo y de querer compartir este anhelo y emoción con todas las personas a mi alrededor.

Quienes le abrimos el corazón a Dios y nos entregamos con fidelidad y pasión por Él, sentimos el deseo de compartir el gozo de todo lo que nos está dando; Aprender a Adorar a Jesús es lo que el mundo necesita, y no hay otra manera de que sigamos creciendo espiritualmente, más que dando frutos, y cada vez las cosechas serán más abundantes, más dulces, y más deseables.

Dios gracias por tocar mi corazón y por haber enviado a tu unigénito hijo Jesús para poder tener acceso directo a Ti, soy privilegiada al ser hija del único y verdadero Dios, poderoso, sublime, amoroso y también justo, celoso, y que sabe corregirnos con autoridad pero también con dulzura. Te amo Jesús, eres todo lo que necesito y si te tengo a ti lo tengo todo.

Por: Edna Benavides.